PRIMER AMOR DE TERESA CABARRÚS
Su primer amor fue
Jean-Alexandre Louis de Méréville hijo de hijo del Márquez Laborde, tenía
veintiún años y era bello como un rayo de sol. Su forma de conocerse fue
bastante cómica y romántica. Teresa acababa de bailar su bolero e intentando
esquivar a un viejo petimetre empolvado y con labios tan rojos y perfilados que
mucho le recordaba a la máscara de Monsieur Picard, decidí salir al jardín a
tomar aire. ‘‘Donde estas, petite espagnole'' ¡ven aquí!'', decía aquel
vejestorio que sin duda se le había ido la mano con el vino de borgoña – ''no
te escondas te encontrare de cualquier manera ''-cuando, de pronto, de entre
las sombras de unos cestos próximos, apareció una bella pierna enfundada en una
media de seda azul que hiso rodar por tierra al pisaverdes hasta que aterrizo
cómicamente en un bosquecillo de ortigas. De ahí empezaron a hablar y se
enamoraron profundamente todo comenzó como una aventura pero se fue
convirtiendo en amor, y se comprometieron, como él era hijo de un noble y ella
no tenía nobleza alguna su padre no la quería como yerna, juan le prometió a su
padre que si no la dejaba casar con tersa se iría a estados unidos a la
batalla, por más que le rogó este no cambio de parecer y así este romance de un
mes se acabó y juan se fue a estados unidos meces después Rousseau escribió
Esta historia fugaz,
que tanto y tan tempranamente de
marcarse, tuvo un triste epilogo. Muchos años más tarde supe por un
amigo común que Jean-Alex había muerto a los pocos meses de llegar a América en
un incidente en el puerto de los franceses, en la costa noroeste de ese
continente, a manos de los nativos. (Rousseau, 1786)
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